lunes, 26 de octubre de 2009

LORQUIANA

Lorquiana como Bernarda Alba rodeada de sus vírgenes, todas de negro, exceptuando los abanicos, que no se pueden teñir, y que dan el colorido real de la frivolidad.
Lorquiana como la luna gitana.
Lorquiana como Soledad Montoya, con su pena negra, por que no dejaré de recorrer mi casa como una loca, con las trenzas por el suelo de la cocina a la alcoba.
Lorquiana porque siempre me declararé mozuela cuando me lleven al río, aunque tenga marío.
Lorquiana por ese Verde que quiero, aunque ÉL pensara en las alpujarras cuando lo escribió y yo en Asturias cuando lo releo.
Lorquiana por enloquecer ante un moreno de verde luna y gritarlo a los cuatro vientos, y llorarlo sin miedo ni vergüenza.
Lorquiana por la sensibilidad absoluta y la frivolidad que la frena.
Lorquiana por ese sentir tan real, que roza la credulidad de los racionales que me tachan de exagerada.
Lorquiana por que sería más fácil vivir y sentir en los tiempos de Federico... por lo menos sería más fácil expresarlo.

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